Como prometido, después de poneros los "dientes bien largos" con fotos de mis avances con este bizcocho, en mis cuentas de Instagram y Facebook, os traigo un bizcocho que os va a dejar alucinadas... ¡Al menos es lo que a mi me ha pasado! La inspiración la hallé en BeCooking, y digo inspiración porque le he hecho unos cuantos cambios... ¿Por qué? Porque yo soy así y no puedo dejar de darle vueltas a una receta hasta que la adapto a mi gusto personal.
Y aquí viene la modificación que le hace ganar de manera considerable: Al tener tan poca harina, es difícil que conserve el tacto cremosa del primer día, ya que el peso de la almendra rallada es predominante sobre el de la harina (más aún en la receta original), así que si montamos las claras a punto de nieve y las incorporamos al final de la mezcla, problema resuelto... ;D.
Otra cosa que me fastidia cuando hago un bizcocho es que me queden pequeñas cantidades de ingredientes sin emplear, así que los cambios que he hecho resuelven este problema. La transformación no pasa sólo por hacerlo un poco más grande, sino por equilibrar los ingredientes sólidos y líquidos.
¿Sabíais que el uso de excesiva levadura muchas veces hace que los bizcochos se inflen mucho en el horno y al enfriar se os queden hundidos. En esta receta he hecho otro cambio en la cantidad de levadura, con resultados muy satisfactorios: Si tenéis una caja de levadura para repostería, fijaros que un sobre (15 gramos en el caso de la levadura de Lidl) se emplea para 500 gramos de harina así que, para nuestros 100 gramos de harina, ¿cuánta levadura necesitaríamos? Solamente 3 gramos.
Dicho esto: ¿vamos con la receta?
INGREDIENTES:
(para un molde de 22 cm)
- 4 huevos L (separaremos claras y yemas)
- 1/2 cucharadita (tsp) de cremor tártaro (opcional)
- 1 pellizco de sal
- 225 g de azúcar
- 250 g de Mascarpone
- 125 g de aceite de girasol
- 1 limón de 200 g (ralladura y zumo)
- 125 g de almendra molida
- 100 g de harina para repostería (proteína 9)
- 3 g de levadura para repostería (*)
- 20 g de almendra laminada para decorar
PREPARACIÓN:
Tradicional:
- Preparamos un molde desmontable con papel sulfurizado, como os explico aquí.
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Montamos la claras a punto de nieve con un pellizco de sal y el cremor tártaro (no ayuda a que no se bajen tan rápido, pero no es indispensable). Reservamos.
- En otro recipiente, con ayuda de unas varillas, batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen.
- Añadimos el mascarpone y los mezclamos bien.
- Incorporamos el zumo de limón bien colado, para que no haya restos de la pulpa, y el aceite de girasol.
- Añadimos la ralladura del limón y la almendra molida. Mezclamos hasta que se integren.
- Mezclamos y tamizamos la harina con la levadura y la vamos incorporando cucharada a cucharada.
- Finalmente añadimos las claras, haciendo movimientos envolventes con una espátula, para que no pierdan el aire.
- Horneamos en el segundo nivel del horno, empezando por abajo, durante 45 minutos a 180ºC y comprobaremos que está hecho pinchando con un palillo de brocheta o cuchillo fino. Si no sale seco, alargaremos el horneado de 5 en 5 minutos, haciendo la misma comprobación.
- Dejamos el bizcocho en el horno, sin temperatura y con la puerta entreabierta, durante 10 minutos, antes de sacarlo a enfriar sobre una rejilla.
- Para decorar, tostaremos en una sartén sin aceite las almendras laminadas y espolvorearemos la superficie con azúcar glas.
En esta imagen veis cómo os queda el bizcocho si no montáis las claras (arriba) y si las montáis (abajo). El sabor no cambia, pero el tacto una barbaridad.
Con Thermomix:
- Preparamos un molde desmontable con papel sulfurizado, como os explico aquí.
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Colocamos la mariposa en las cuchillas y ponemos las claras en el vaso con un pellizco de sal y el cremor tártaro (no ayuda a que no se bajen tan rápido, pero no es indispensable) y montamos la claras a velocidad 3,5. Reservamos en un bol grande.
- Quitamos la mariposa y rallamos la piel de limón con la harina de la receta, a velocidad progresiva 1-10 (en esta imagen de mi receta de arroz con leche, veis cómo pelo la piel de un limón, evitando la parte blanca). Reservamos en un plato a parte.
- Volvemos a colocar la mariposa y batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen, a velocidad 3.
- Añadimos el mascarpone y los mezclamos bien.
- Incorporamos el zumo de limón bien colado, para que no haya restos de la pulpa, y el aceite de girasol.
- Mezclamos y tamizamos la harina con la levadura.
- Con el "motor en marcha", a velocidad 2, vamos añadiendo la almendra molida. Mezclamos hasta que se integre e incorporando la harina, cucharada a cucharada.
- Con el "motor apagado" añadimos las claras, haciendo movimientos envolventes con una espátula para que no pierdan el aire. Esto lo suelo hacer en un bol a parte, pero también podéis hacerlo en el vaso de la Thermomix.
- Horneamos en el segundo nivel del horno, empezando por abajo, durante 45 minutos a 180ºC y comprobaremos que está hecho pinchando con un palillo de brocheta o cuchillo fino. Si no sale seco, alargaremos el horneado de 5 en 5 minutos, haciendo la misma comprobación.
- Dejamos el bizcocho en el horno, sin temperatura y con la puerta entreabierta, durante 10 minutos, antes de sacarlo a enfriar sobre una rejilla.
- Para decorar, tostaremos en una sartén sin aceite las almendras laminadas y espolvorearemos la superficie con azúcar glas.
Este bizcocho es bastante húmedo, así que es mejor que lo presentéis sobre una blonda.
Los dibujos que veis los hice con una plantillas que me compré hace tiempo, para decorar la leche de los capuchinos. Últimamente les encuentro muchas aplicaciones, ¡incluso para decorar hogazas de pan!
Como os he dicho, este bizcocho se puede hacer montando las claras o sin montarlas: Si optáis por la segunda opción, simplemente batid los huevos enteros con el azúcar.
Si alguna hacéis las dos versiones ya me diréis cuál os gusta más...
Si alguna hacéis las dos versiones ya me diréis cuál os gusta más...
Un beso,
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