Almendra Crocanti Perfecta

La receta de hoy es fruto de la necesidad: Estaba preparando una tarta de zanahorias para una celebración y, como tenía restos de almendra picada en la despensa, se me ocurrió investigar... Para mi sorpresa y total decepción, la versión más extendida por las redes tuve que tirarla a la basura, así que seguí buscando hasta que di con la técnica que usa Osvaldo Gross; Os paso el enlace a su vídeo, primero porque es mérito suyo y segundo, porque es importante tener mucho ojo con el color del caramelo ;D

En la imagen podéis ver la diferencia entre la almendra crocanti comprada (la del cuenquito) y la almendra crocanti hecha en casa: El tacto crujiente es también tierno al bocado y, lo mejor de todo, el color y el dulzor lo decides tú. ¿Qué más se puede pedir?





Antes de empezar, tres aclaraciones:

1) Utilizo almendra ya cortada en cubitos, porque el acabado en una tarta queda mucho más bonito; ni que decir tiene que podéis cortar la almendra vosotras si así lo decidís.
2) Empleo un cazo sin teflón, porque me da la sensación de que, al caramelizar, el teflón te lo puedes cargar.
3) La cantidad de almendra está pensada para las bolsas más estandarizadas que se venden en los supermercados de España.

INGREDIENTES:

• 125 g de almendra cruda en cubitos
• 40 g de agua
• 40 g de azúcar blanca

NECESITAREMOS:

• Una ó dos cucharas de madera
• Un cazo metálico para poner al fuego

PREPARACIÓN:

• Con el agua y el azúcar preparamos un caramelo blanco, más bien líquido. Es muy importante no dejar que se dore.

• Volcamos la almendra y removemos continuamente con una cuchara de madera; deben impregnarse bien las almendras con el caramelo. Es importante no dejar de remover para que se caramelicen por igual.

• A medida de vamos removiendo, el azúcar se irá secando en torno a la almendra (Imagen 2 de la foto).

• Seguiremos removiendo, mientras se hace caramelo toda la envoltura de la almendra. Debe quedar de un color tierra (Imagen 3 de la foto) y nada compacto. En este punto yo me he ayudado de otra cuchara para airear las almendras, como si estuviéramos aliñando una ensalada.

• A continuación lo pasamos a una hoja de papel sulfurizado, con cuidado de no quemarnos. Veréis que está suelta y algo hinchada. Podemos y separando algún granito que quede más pegado, pero veréis que casi ni hará falta.

• ¡Dejamos que enfríe, y listo!

Como veis no es nada difícil y podéis utilizar esta almendra crocanti para acompañar muchos postres, como este maravilloso Bizcocho de Almendras y Limóny helados como el  Helado de Vainilla del blog. 

Un beso,