¿No os pasa a menudo que los plátanos al ponerse marrones, nadie los quiere comer? Pues, investigando recetas para su aprovechamiento, he localizado algo delicioso en la página BBC Food lo que llaman "El bizcocho de plátano más fácil de mundo". Como se salta los pasos básicos que aportan esponjosidad a un bizcocho, he cambiado el método y os aseguro que el resultado es espectacular: Esponjoso, casi como una nube, con un sabor a plátanos muy sutil y nada empalagoso.
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
- 225 g de plátanos (unos 3 medianos), aproximadamente
- 3 huevos L
- 100 g de azúcar moreno (yo utilicé blanca y el color del bizcocho me quedó demasiado claro, cosa que solucioné con decoración)
- 150 ml de aceite de girasol
- 275 g de harina (utilicé la básica de Mercadona)
- 8,5 g de levadura química
- 1/4 tsp (pellizco) de sal
- 1 tsp de una mezcla (a ojo) de: canela molida, jengibre molido, nuez moscada molida y clavo (machaqué un clavo a mortero)
- Un puñado de pepitas de chocolate,o nueces, o pasas sultanas (yo puse 40 g de pepitas de chocolate)
Para decorar:
- Azúcar glas
- Chocolate puro en polvo
- Una plantilla
- Alguna fruta al gusto, por aquello de cubrir le hueco del molde... jajaja.
PREPARACIÓN:
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Engrasamos con mantequilla y espolvoreamos con harina el molde elegido: Yo utilicé un molde de corona de pirex de 25 cm de diámetro y 6 cm de alto; en la receta original utilizan un molde para plumcake de 900 g de capacidad.
- Pelamos los plátanos y los machacamos con un tenedor.
- Con la ayuda de unas varillas eléctricas (yo uso las de mi amasadora), batimos el azúcar con los huevos hasta que blanqueen y cojan una consistencia cremosa. La idea es que el azúcar quede totalmente disuelta.
- Incorporamos a hilo el aceite, mientras batimos suavemente la mezcla.
- Tamizamos los ingredientes sólidos y los incorporamos en tres o cuatro veces.
- Vertemos una capa de masa en el molde y, seguidamente, mezclamos las pepitas de chocolate con el resto de la masa antes de continuar rellenando el molde. De esta manera, la superficie del bizcocho, al desmoldarlo, nos quedará más bonita e ideal para decorarlo.
- Horneamos a 180ºC durante 40 minutos o hasta que comprobemos que al pinchar un palo de brocheta, éste sale limpio. Si vemos que se dora demasiado, podemos taparlo con un poco de papel de aluminio.
- Dejamos enfriar sobre rejilla antes de sacarlo del molde, ayudándonos de un cuchillo fino para separarlo mejor de las paredes del mismo.
- Para decorar he espolvoreado azúcar glas y, con una plantilla, he marcado dibujos de chocolate
Dice la receta original que se puede comer caliente o frío, incluso untado con mantequilla: Todavía me queda un poco, así que voy a probarlo... si queda algo...
Ya me diréis qué os ha parecido. Por aquí estamos encantados con el resultado.
Un beso,
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