La focaccia es un pan plano enriquecido con mucho aceite de oliva virgen extra y adornado con ingredientes como cebolla, aceitunas, tomates cherry o hierbas aromáticas. En España es habitual que en los restaurantes "italianos" te la ofrezcan como sustituto del pan, para acompañar a los aperitivos, cosa que me rechifla y, por supuesto, hago yo también en casa ;D
Para preparar una focaccia es muy práctico utilizar un tupper rectangular grandecito (el mío es de 31x24x10 cm) y hornearla en una bandeja que le permita subir por las paredes: La mía es de 34x27 cm y me compré para hacer bizcochos enrrollados, como los que veis en mi Página de Bienvenida... ¡Ay, madre, ahora que veo la página hay cosas que sólo he hecho una vez y no tengo buenas fotos para publicarlas, en el blog! Os lo digo para que no os pongáis a buscar como locas, jajaja. Lo que sí tengo publicados son un par de Troncos de Navidad - como éste o éste - porque los hago todos los años... ;D
Por cierto, la receta que os doy es la publicada en Instagram por Lidia Balanuta - ¡muchas gracias, Lilly! - solo que me gusta utilizar para el amasado el método de pliegues y reposos de la Pizza Sin Amasado. Si alguna no sabéis en qué consiste, podéis ver el paso a paso en el link que os acabo de dar de esa publicación...
INGREDIENTES:
Para la masa:
- 300 g de harina panificable (proteína 10 o más) o harina de fuerza.
- 200 g de harina de sémola de trigo duro (si no la tenéis, sustituidla por harina panificable o de fuerza)
- 350-70 ml de agua
- 3 g de levadura fresca
- 12 g de sal
- 10 ml de aceite de oliva virgen extra (AOVE) y algo más para manipular la masa
- 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (AOVE), mejor aromatizado
- Tomates cherry
- Aceitunas negras
PREPARACIÓN:
- El día antes, mezclamos todos los ingredientes de la masa con una cuchara de madera en un bol de plástico. Empezamos por la cantidad menor de agua indicada. Si utilizáis harina de fuerza ésta absorbe más agua, así que podríais necesitar añadirle algo más de agua. Dejamos reposar 30 minutos.
- Damos cuatro pliegues a la masa y la dejamos reposar 30 minutos. Repetimos el proceso tres veces más.
- Pasamos la masa a un tupper rectangular con una buena cantidad de aceite untado, y le damos 2 pliegues como si fuéramos a doblar una hoja para meterla en un sobre. Giramos la masa en forma que su parte más larga quede sobre la parte más larga del tupper, tapamos el tupper y lo dejamos reposar 30 minutos antes de meterlo en la nevera. Si vemos que la masa está muy líquida, repetimos este plegado y reposo una vez más. La malla de gluten debería de estar formada y la masa algo elástica. Si no es así, con el tiempo de reposo en la nevera debería de ser suficiente...
- Al día siguiente, sacamos la masa de la nevera y la pasamos a la fuente donde vayamos a hornearla con abundante aceite de oliva. Sed generosas con el aceite ya se absorverá durante el horneado y evitará que se pegue la focaccia a la bandeja de hornear.
- Plegamos los extremos de la masa un cuarto hacia el interior, por sus cuatro lados, en forma que se encuentren los pliegues en el centro, y le damos la vuela para que el pliegue quede debajo. Dejamos reposar, tapada.
- Mientras tanto, precalentamos el horno a 250ºC, durante 30 ó 40 minutos, con calor arriba y abajo. La masa debería de haberse hinchado bastante después de ese tiempo.
- Distribuimos las 6 cucharadas de aceite por la masa (si es aromatizado, mejor), presionamos con los dedos hasta tocar la base de la bandeja, al tiempo que la estiramos para que cubra la bandeja y distribuimos las aceitunas y los tomates cherry partidos por la mitad.
- Horneamos a 250ºC en el primer nivel del horno, con calor abajo, durante 15 minutos. Seguidamente bajamos la temperatura a 220ºC, calor arriba y abajo, durante 20 minutos más. Si la base no está dorada, hornearemos con calor en la base durante algún minuto más. Debería de quedar crujiente.
A mi lo que de verdad me apetecía publicar es la receta de la Focaccia Contorta (en español, retorcida), pero es bueno experimentar primero con esta versión clásica y perder el respeto a las masas de alta hidratación. Vamos poco a poco, ¿no os parece?
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