Para el fin de semana os voy a dar una receta
de aprovechamiento: un bizcocho de
claras de huevo riquísimo. ¿Por qué claras? Pues porque la mayoría de nosotras,
cuando hay que usar sólo yemas en una receta, tiramos directamente las claras a
la basura… ¿A que sí? ¡¡¡Mal hecho!!! Las claras se pueden congelar en bolsas de hacer hielos: las metéis dentro con la ayuda de un embudo y, cuando queráis utilizarlas, calculad 33 gramos por cada clara. Veréis como, a partir de ahora, las utilizáis...
La verdad es que para dar con esta receta
llevo haciendo pruebas un par de semanas.
Primero me hice el famoso angel food cake de Bea Roca: un bizcocho, para mi
gusto, demasiado seco que no me termina de convencer... Igual no me salió
porque no utilicé el super-molde que propone en su blog; de momento no tengo
intención de comprármelo. Después pasé
por el blog Cocina con Àngels, que me resolvió alguna duda que otra y, finalmente, di
con una tercera receta de Thermomix que tenía guardada de mi época de
presentadora (sí, sí, lo confieso, he sido vendedora, por eso puedo hablaros
del tema con conocimiento de causa ;D). Como resultado de este cóctel de
recetas, me ha salido algo digno de ser publicado.
Para que el bizcocho estupendo os doy un par
de trucos previos: utilizad un molde desmontable de 18 cm de diámetro. Así os
quedará bonito y alto. Para forrarlo os recomiendo utilizar papel de hornear,
adaptándolo al molde de la siguiente manera: recortad un círculo algo mayor que
el diámetro del molde; de esta manera no se os saldrá la mezcla del bizcocho
por las ranuras (en la foto lo podéis ver). Los laterales son tiras algo más
altas que el molde. El montaje es sencillo: mancháis el interior del molde con
mantequilla y adherís el papel de hornear al mismo, empezando por el recorte de
la base. Nuestro pegamento también será la mantequilla para las uniones
superpuestas del papel lateral.
Yo para hacer este bizcocho utilizo la Thermomix, pero vale cualquier robot de cocina que tengáis. Con el molde preparado, ya podemos empezar
con la receta:
- 150 g de azúcar glas
- 6 claras de huevo, que serían 180 g (30 g cada clara)
- Un pellizco de sal (¼ tsp)
- ½ cucharadita de cremor tártaro (¼ tsp), opcional
- 150 g de almidón de maíz (Maizena)
- 100 g de mantequilla blanda
- ½ sobre de levadura química para repostería (7,5 g)
- ½ Cucharada de vainilla (½ Tbs de vainilla)
DECORACIÓN:
- Azúcar glas, que nos ayuda a tapar desperfectos…
PREPARACIÓN:
- Antes de empezar, precalentamos el horno a 170ºC con calor bóveda y solera (arriba y abajo).
- Si no tenemos azúcar glas, la hacemos con la Thermomix, velocidad progresiva de 1 a 10, la sacamos del vaso y la reservamos. Yo suelo tener siempre hecha en una bolsa… Nunca se sabe cuándo la vamos a necesitar…
- Para batir las claras con la Thermomix, ponemos la mariposa en las cuchillas y programamos 10 minutos a velocidad 3 ½. Con un robot, empleamos el mismo tiempo, con las varillas de montar.
- El cremor tártaro o ácido tartárico es un ingrediente que se utiliza en repostería para que no se baje el merengue, y se utiliza cuando las claras están a medio montar. En los paquetes de gasificante para repostería, es una de las dos bolsas que lo componen.
- Sacamos el merengue del robot y reservamos en un bol.
- En el vaso de la Thermomix o del robot donde hemos montado las claras - sin lavarlo y con la mariposa o varillas puestas - batimos 2 minutos despacio (velocidad 2) la mantequilla con el azúcar, o hasta que blanquee y adquiere consistencia de pomada.
- Pesamos la maizena y la mezclamos con la levadura. Reservamos.
- Con el robot en velocidad baja, sin apagarlo en el proceso, vamos incorporando, alternativamente en tres o cuatro veces, la maizena (podemos tamizarla para que coja aire, si queremos) y las claras montadas, con cuidado de que no se bajen demasiado.
- Volcamos la mezcla en el molde.
- Horneamos a 170ºC, calor arriba y abajo, durante 25 minutos, colocando el molde sobre la rejilla situada en el primer nivel del horno (contando los niveles de abajo a arriba).
- Pasado este tiempo abrimos el horno, no antes, y pinchamos el bizcocho con una brocheta en el cetro, para comprobar que está bien cocido. Si saliera manchada, vamos alargando el tiempo de 5 en 5 minutos o lo que necesitemos. Si vemos que se nos dora demasiado, cubrimos el molde con un trozo de papel de aluminio.
- Sacamos el molde del horno, lo colocamos sobre una rejilla y lo dejamos enfriar completamente.
- Espolvoreamos azúcar glas por encima y lo pasamos a la fuente donde lo vamos a presentar. De esa manera, no se notarán prácticamente los desperfectos del bizcocho ;D.
Veréis como la combinación de harina de maíz,
vainilla y claras montadas hacen de este bizcocho algo especial… Ya sé que se
pueden hacer sin levadura, pero ¿para qué arriesgarnos? Así, si se os bajan las
claras más de lo debido, no habrá problema y os saldrá un bizcocho totalmente
aceptable.
No he probado a ponerle otros aromas.
Igual a vosotras se os ocurren más combinaciones posibles… ¡Dejad vuestras sugerencias en los comentarios!
Un beso,
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