Hace tiempo que compro las mini-tartas de queso que venden en los supermercados.
Esas, con un ligero toque a limón, que se encuentran cerca de los yogures y los
postres lácteos. Esas que tienen un "tamaño minúsculo", que parecen
más un postre individual que una tarta y que, de hecho, te acabas en un santiamén porque, si no lo haces, empieza a
resecarse y pierde toda la gracia... Yo creo que el tamaño está pensado, precisamente, con es esa finalidad.
¡Mira que llevo tiempo buscado la receta! Antes de volverme blog-adicta (lo confieso, estoy enganchada, jajaja) combinaba los ingredientes que siempre se han utilizado en mi casa para
hacer tartas de queso, pero sin éxito...
Pues un día, cuando ya me había resignado a seguir comprando la tarta de queso del super para quitarme el "mono", navegando por El Rincón de Bea di con la receta que os enseño hoy y que resulta ser una versión mejorada de esta tarta industrial; mejorada no sólo porque es casera y no tiene conservantes y ni aditivos extraños, sino porque es suave y se conserva jugosa varios días, si os resistís a no comérosla de una sentada, claro…
Pues un día, cuando ya me había resignado a seguir comprando la tarta de queso del super para quitarme el "mono", navegando por El Rincón de Bea di con la receta que os enseño hoy y que resulta ser una versión mejorada de esta tarta industrial; mejorada no sólo porque es casera y no tiene conservantes y ni aditivos extraños, sino porque es suave y se conserva jugosa varios días, si os resistís a no comérosla de una sentada, claro…
El ingrediente "secreto" que se utiliza para hacerla es el quark, un queso blanco batido
de textura similar al yogur griego, aroma fresco y sabor ligeramente ácido, no
muy calórico (¡qué suerte!), que se elabora con leche de vaca. Se emplea muchísimo en la cocina centro europea (Alemania, Austria, Polonia, Países
Bajos), e incluso mucho más al norte, y en España, por lo que voy viendo, cada vez se comercializa más... De
hecho yo lo compro en cadenas de supermercados de origen europeo (Lidl, Aldi o
Carrefour).
Por cierto, he hecho una revisión de la receta para mejorar el resultado. Espero no haberos liado con los cambios, que no son en sus ingredientes, sino en el proceso de horneado (*).
INGREDIENTES:
- 3 huevos
- 1/2 cucharadita (tsp) de cremor tártaro (opcional, para montar claras)
- 125 g de mantequilla
- 150 g de azúcar
- 500 g de queso blanco batido (conocido como queso Quark)
- 75 g almidón de maíz (Maizena)
- 1 cucharadita (tsp) de polvo de hornear (Royal)
- 1/2 cucharadita (tsp) de pasta de vainilla o 1 cucharada (Tbs) de extracto de vainilla o 1 sobre de azúcar vainillado
- Ralladura de 1 limón (12 g aproximadamente)
- Zumo de medio limón ó 1 y 1/2 cucharadas (Tbs)
- 1 pizca de sal (1/4 tsp)
NOTA: (Tbs) y (tsp) son medidas americanas que utilizo para no tener problemas con los tamaños de las cucharas y cucharillas en mi casa.
Utilizaremos
un molde de 18 cm desmoldable, que
untaremos con un poco de mantequilla para cubrirlo con papel de hornear. Para ello recortamos la circunferencia de la base y los laterales los cubriremos con
rectángulos de la altura del molde.
PREPARACIÓN:
- Precalentamos el horno 170ºC, colocando la rejilla en el primer nivel empezando por abajo.
- Separamos las claras de las yemas. Reservamos las yemas.
- Montamos las claras a punto de nieve con la sal y el cremor tártaro (si lo usamos). Con la Thermomix utilizamos la velocidad 3 hasta que veamos que hace picos. Sacamos y reservamos.
- Rallamos el limón: Si usamos la Thermomix, quitamos la mariposa, pelamos la piel del limón con un pelador de patatas o un cuchillo con filo (nos interesa sólo la parte amarilla para que no amargue) y hacemos azúcar glas con la piel de limón dentro del vaso, programando la velocidad progresiva del 1-9 (si no estuviera rallado del todo, quitamos los restos de las paredes y repetimos la operación. Si usamos un sobre de azúcar vainillado, también lo haríamos glas en este momento.
- Incorporamos la mantequilla junto con el azúcar y la ralladura de limón hasta que blanquee, a velocidad baja (en Thermomix velocidad 1 ó 2).
- Incorporamos las yemas de una en una, sin añadir la siguiente hasta que se haya integrado la anterior.
- Exprimimos el zumo del limón y lo mezclamos con el quark y la vainilla (si es extracto o pasta) en un bol aparte.
- Añadimos el almidón de maíz (Maizena) con el polvo de hornear, unidos y tamizados, en dos veces. Mezclamos a velocidad baja, con cuidado de que no nos quede ningún grumo. Si nos pasara, lo intentaremos disolver con la mano.
- Incorporamos en dos o tres veces las claras a punto de nieve, con movimientos envolventes, intentando que no se bajen.
- (*) Vertemos la mezcla en el molde que teníamos preparado y la horneamos, primero con temperatura abajo durante 15 minutos y, seguidamente, con calor arriba y abajo 30 minutos más, hasta completar 45 minutos en total. Comprobamos que no está crudo pinchándolo con un palillo de brocheta, con cuidado de no abrir el horno hasta los primeros 45 minutos. Seguramente tendremos que darle 10-15 minutos más de horneado, en total habrán sido 55-65 minutos.
- La sacamos del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla. Se bajará un poco, es inevitable.
PARA DECORAR LA TARTA yo he optado por utilizar unas plantillas y espolvorear azúcar glas por encima.
¿Y qué pasa si se te estropea la superficie de la tarta al hornearla, como me ha pasado a mi hace bien poco? Pues aprovechando un concurso de Lidl, hice este apaño con fondant:
Las opciones son infinitas; ya me diréis qué se os ocurre a vosotras.
Un beso,
1 comentario:
El queso Quark lo podéis encontrar como "queso fresco batido" en las neveras de los lacteos. Estoy viendo ahora mismo uno de Milbona,la marca blanca de Lidl
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