Desde hace años preparo el tiramisù en casa y la gente me dice que es el mejor que ha comido nunca... Me dio la receta hace años Maria Pia B., una amiga italiana que conocí estudiando en Bologna y, de tanto hacerlo, he dado con una combinación de ingredientes que lo hace suave y ligero. ¿Cuáles son los trucos fundamentales? No utilizar mascarpone en exceso, ya que no deja de ser una nata muy concentrada como podéis leer pinchando aquí, y dejar reposar el tiramisù varias horas o, mejor, hacerlo de un día para otro, porque coge mejor consistencia.
La receta que os voy a explicar es la de mi tiramisù clásico, pero en un formato mucho más vistoso, para que os luzcáis con invitados en casa... Si en otro momento queréis hacerlo de una manera menos elaborada, sólo tenéis que utilizar una fuente honda alargada y podéis prescindir de la decoración de biscotes alrededor.
Por cierto, los savoiardi son la versión italiana de nuestros bizcochos de soletilla, pero son más estrechos y más altos, como veis en las fotos. En España los podemos encontrar en casi cualquier cadena de supermercados. Yo, hasta la fecha no los he hecho en casa, porque el tiramisù es el postre que hago cuando no quiero liarme horneando, o cuando no tengo mucho tiempo para hacer nada más elaborado.
La receta que os voy a explicar es la de mi tiramisù clásico, pero en un formato mucho más vistoso, para que os luzcáis con invitados en casa... Si en otro momento queréis hacerlo de una manera menos elaborada, sólo tenéis que utilizar una fuente honda alargada y podéis prescindir de la decoración de biscotes alrededor.
Por cierto, los savoiardi son la versión italiana de nuestros bizcochos de soletilla, pero son más estrechos y más altos, como veis en las fotos. En España los podemos encontrar en casi cualquier cadena de supermercados. Yo, hasta la fecha no los he hecho en casa, porque el tiramisù es el postre que hago cuando no quiero liarme horneando, o cuando no tengo mucho tiempo para hacer nada más elaborado.
INGREDIENTES:
- 350 ml de café descafeinado
- 25-30 ml de licor de naranja o de almendra (Amaretto)
- 600 g de savoiardi (1 paquete y medio, más o menos)
- 250 g de mascarpone
- 4 huevos L (4 yemas y 4 claras).
- 1 tsp (=cucharadita) de limón
- Una pizca de sal (1/4 tsp = cucharadita)
- 1/2 tsp (cucharadita) de cremor tártaro (opcional)
- 60 g azúcar
- Chocolate puro en polvo para el acabando
PREPARACIÓN:
- Lo primero de todo prepararemos el café y lo mezclaremos con el licor de naranja. Dejaremos enfriar una fuente en la que podamos sumergir, uno a uno, los savoiardi. Reservamos.
- Utilizaremos un molde desmontable de 22 cm de diámetro, pero si lo queréis más alto, reducid el tamaño el molde.Yo he utilizado una lámina de acetato - que compré en una tienda de plásticos para manualidades y decoración - con la que he rodeado el aro del molde por dentro para poder desmoldar mejor la tarta (ver foto de abajo), pero si no la tenéis tampoco pasa nada.
- Montamos las claras con el limón. Yo utilizo las varillas de mi amasadora, pero se puede hacer con cualquier robot que tengáis. Cuando empiecen a blanquear añadimos el cremor tártaro (ayuda a mantener las claras montadas más tiempo) y el pellizo de sal. Debemos batirlas unos 5 minutos, hasta que se formen picos. Reservamos en un bol a parte..
- Montamos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen (queremos que cojan aire) y las mezclamos con el mascarpone.
- Con ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, vamos añadiendo las claras montadas a la crema de mascarpone. Lo haremos en tres veces, para que no pierda volumen.
- Antes de empezar con el montaje, cortaremos los savoiardi, con un cuchillo de sierra, a la medida que necesitemos, teniendo en cuenta que haremos tres capas, acabando con crema de mascarpone.
- Mojamos los savoiardi en el café con licor, sin empaparlos del todo para que no se nos deshagan demasiado, y montamos la primera capa de savoiardi. Seguidamente esparcimos por encima una fina capa de crema de mascarpone.
- Repetimos el paso anterior hasta completar 3 capas de cada cosa, cubrimos con papel de aluminio y lo dejamos reposar en la nevera hasta el día siguiente.
- Sacamos de la nevera y quitamos el aro que rodea la tarta. Si no tenemos la lámina de acetato (que se despega fácilmente), pasaremos un cuchillo fino alrededor, antes de desmoldarla.
- Podemos levantar la tarta con una espátula de cocina grande para trasladarla a la fuente donde serviremos la tarta. Esto nos permitirá acabar la decoración colocando savoiardi recortados a la altura que nos guste y, si queremos, rodear la tarta con una cinta del color que nos guste.
- Espolvorearemos chocolate puro por encima, con la ayuda de un colador. Éste paso podemos hacerlo antes o después de colocar los savoiardi decorativos alrededor.
Dos cosas importantes a tener en cuenta:
1) Que no se os ocurra poner papel de hornear en la base de la tarta, porque se humedecerá sin remedio y será un engorro quitarlo.
2) Al utilizar huevos crudos podría haber peligro de salmonerosis. Como no tengo ni idea del origen de los huevos que utilizaréis, he leído que la forma de evitar este riesgo es hacer un almíbar con el azúcar y agua, llevándolo a ebullición a 121ºC. Lo añadiríamos a las yemas batidas, poco a poco, hasta que se integre todo. La verdad es que yo nunca he utilizado este sistema, pero haré la prueba la próxima vez que haga esta receta.
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